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En el Centro de salud

miércoles, 24 de noviembre de 2010

ADULTO SANO

Lic. en Nutrición  3° Semestre  Grupo:  único
                            Materia: Nutrición en los ciclos de la vida
                         Nombre: Adriana Elizabeth Bravo Olivo

Bibliografía:
NC. Ana Bertha Pérez Lizaur, NC. Leticia Marván Laborde. Manual de Dietas Normales y terapéuticas, Los alimentos en la salud y en la enfermedad. Ediciones científicas “La prensa médica mexicana, S.A. de C.V.

ADULTO
Esta etapa es el periodo más largo de la vida, de los 20 a los 60-65 años, que a su vez pudieran dividirse en dos épocas diferentes: adultez temprana (hasta los 40 años) y adultez media (a partir de los 40). Las principales enfermedades crónicas que hay que atender en este grupo de población son la obesidad, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus tipo II. 

Hay mucha influencia de factores genéticos y ambientales en el desarrollo de estas enfermedades, como:
1.    Selección del tipo de alimentos que conforman la dieta
2.    Tamaño de las porciones
3.    Número de comidas al día
4.    Actividad física

Las características psicológicas en el adulto temprano son la opción vocacional; personal y profesional, como la elección de la pareja y posteriormente la familia. Ya que las decisiones que se tomen en este momento marcarán el estilo de vida futura de la persona y la disminución de la actividad física cotidiana.

En cuanto al adulto medio se encuentra en la búsqueda del significado de la vida y ha crecido la prevalencia de la desesperanza y depresión. Hay una gran tensión por el papel de cuidar a los hijos adolescentes y padres mayores. Por la conciencia del paso del tiempo, en algunas ocasiones genera una crisis de la mediana edad.  
Las Características sociales en el adulto temprano es que es la época de la familia y hay una falta de tiempo para otras actividades. En el adulto medio en ocasiones puede haber un inicio a la tercera edad más rápido por el estrés de los cuidados de sus hijos adolescentes y además de sus padres. Falta total de tiempo para actividades recreativas y en este periodo se suelen encontrar en la cima económica y logro del máximo éxito en el campo laboral. Las necesidades energéticas están determinadas por el sexo, edad, estado fisiológico y la duración e intensidad de la actividad física. A partir de los 30 años los requerimientos energéticos disminuyen un 0.4% cada año.

Algunas recomendaciones generales:
-       Consumir una alimentación completa y variada.
-       Consumir la cantidad de alimentos suficiente para mantener u obtener el peso saludable.
-       La persona debe de poner atención a sus sensaciones de hambre y saciedad para que no coma ni de más ni de menos.
-       No espaciar demasiado las comidas (más de 5 horas) para comer sin voracidad y ansiedad.
-       Realizar diariamente entre 20 y 30 minutos de ejercicio.
-       Moderar el hábito de tabaquismo y consumo de alcohol.
-       Beber por lo menos 2 litros de agua al día.
-       Hacer de la comida un momento agradable siempre que sea posible, con familia, amigos o compañeros de trabajo.

Se debe incluir en la alimentación diaria abundantes frutas y verduras, suficientes cereales combinados con leguminosas y moderar el consumo de alimentos de origen animal. Preferir verduras y frutas frescas, cereales integrales y con poca grasa, cortes de carne magros y pescado, eliminando el pellejo en las aves, limitar el consumo de alimentos grasosos, prefiriendo los aceites vegetales como el de cártamo, maíz, girasol o canola y moderar el consumo de azúcar y sal.

Análisis

La etapa del adulto es el periodo más largo de la vida, podría decirse que abarca poco más de cuatro décadas.
En esta etapa influyen demasiadas situaciones en la vida de las personas. La elección de su profesión, la elección y establecimiento de la vida como pareja y como familia. Entran en muchos cambios hormonales y estrés por los cuidados de sus hijos, de sus padres, las tareas del hogar, algunas actividades que se puedan tener extras, el trabajo. Así que no es fácil acomodar un horario en específico para la propia alimentación. Además es muy difícil cambiar los hábitos de las personas y más que hablar de hábitos ya se habla más bien de un cambio en el estilo de vida.  Ya que si no se hace esto, se permite que la mala alimentación traiga como consecuencia el desarrollo de ciertas enfermedades como la obesidad y esta desencadene otras como hipertensión arterial o diabetes mellitus. No hay que esperar a que se presenten estas enfermedades para cambiar nuestra forma de alimentación, podemos empezar para así prevenir estas enfermedades y si ya se presentan pues controlarlas de la mejor manera posible para evitar que empeoren.


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